Clima sub tropical

El escepticismo hace que uno simplifique lo que escucha o minimice los grandes anuncios mediáticos. Hace años que se habla del recalentamiento global, el efecto invernadero y el agrandamiento del agujero en la capa de ozono. De hecho, hace casi veinte años hice la tesis de mi licenciatura relacionada a este tema: un programa de radio que se dedicaba al medio ambiente. En ese entonces, si bien abundaba la información accesible, prácticamente no había espacios mediáticos dedicados a la problemática, salvo honrosas excepciones.
Ahora, no hay noticiero que se precie, ni revista de actualidad que no dedique algo a la enorme problemática que se desencadenó: las consecuencias por no haber escuchado al planeta. Ahora el pobre brama, casi no le queda aliento para el suspiro, después de tantos gritos desesperados, los humanos tenemos que tomar la posta y revertir la situación. A mi parecer, la madre del enorme desastre es la sociedad de consumo, utilizar objetos que realmente no son necesarios. Finalmente terminarán como basura profundizando un tema más que delicado, amén del proceso que llevó realizar ese producto con la contaminación que conlleva (industria, transporte y energía para llevarlo al local de venta).
Todo esto para contar que es impresionante cómo ha cambiado el clima aquí en Buenos Aires en muy poco tiempo. Hace unos 30 o 35 años los cambios estivales eran realmente otros, el sol no lastimaba como ahora. Recién de grandes, conocimos el protector solar, antes no se lo necesitaba. En la primavera pasada ha sido inaudita la cantidad de lluvia, en octubre y noviembre llovió muchísimo. Al mejor estilo tropical, de repente cae una cortina de agua, muy intensa. Al rato se detiene y sale un sol radiante levantando calor y humedad a más no poder. Otra consecuencia es la invasión de mosquitos, caminar por el pasto sin repelente es tremendo. De chica se usaba muy poco y sólo al atardecer, era muy raro que por la mañana o durante el día hubiera mosquitos.
No quisiera personalizar tanto, pero intento ejmplificar cómo en cuarenta años se producen cambios que históricamente eran más lentos. Lo veloz ha sido la depredación ambiental llevada a cabo por el hombre, y el planeta no demora en pasarnos la factura.