martes, 29 de abril de 2014

Preguntas de otoño

¿Manchas verdes en el follaje amarillo
o restos otoñales en verdes brillantes?
¿El otoño que llega u otro que se va?
El calor desubicado ¿es verano remolón o la nueva estación no quiere llegar?
¿Dónde empieza y termina?
La noche y el día, la vida y la muerte, el verano y el invierno.
Oposiciones que no son, sólo sirven para entender, o creerlo.
De tanto que nos cuestan tantas cosas, inventamos estas dualidades.
Como consuelo, alivio que tranquiliza la comprensión.
Pero la vida se encarga de tirar todo por la borda
desde el clima que cada año enloquece más
hasta los animales que sorprenden y
 las personas que decepcionan.
En realidad no hay tanto para comprender
es tanto lo que se nos escapa de las manos
y tan poco lo que sí podemos modificar...
Que más vale volvamos a los follajes y cantos de aves
eso sí es vivir, disfrutar cada momento
profundizar en intensidad vincular con los demás.
Más allá del tiempo y el espacio, sea donde sea y con quien sea.
Cuántas miradas desconocidas son las más oportunas
y lugares insólitos que nos hacen sentir tan bien.
Dejemos fluir, que la vida transite y nosotros como parte de ella.
Quizá ahí radica un poco la ubicuidad, tomar conciencia
que somos parte de un todo mayor, pequeños engranajes de algo superador.
Como aquel que picaba piedras y sentía que formaba parte de la creación
del gran edificio que se construía con ellas.
Sin duda, esas piedras dieron esplendor a la gran edificación.

De justicia se escribirá luego.