domingo, 31 de octubre de 2010

Seguidores

Con esa palabra designa el blog a quienes tienen la amabilidad de leer escritos ajenos. En la era del Facebook, la hiper saturación auditiva y visual, aún queda un rincón para los que nos gusta escribir. Me debo a ese número inaudito de "seguidores" que alguna vez tuvieron la paciencia de ingresar a diarialavida. Por más insólito que parezca, los pienso, los imagino, los sigo y cuando puedo me comunico. Filo es para mí una mujer fuerte que enfrentó una dolorosa pérdida y tiene energía como para compartirla, Angelín y la llegada de su amado Juan (fue tan lindo desde el otro lado del Océano recibir esos bríos incomparables..., GRACIAS Angelillo), la ídola de Marisol con sus matices hiper profundos y alegrías sin igual, Luis (Incal) y esa "Amable aceptación": cuánta sabiduría en esas expresiones. Creo que si rozas la paz, bien vale ser vivida la vida, no apunto tanto al tiempo en que estamos en este mundo, sí al modo. El tuyo es digno de imitar, un modelo, al menos para mí, GRACIAS INCAL por abrir tu corazón en "Usa el reflejo". Ojalá un día pueda reflejar algo de lo tanto que irradias.
El enamoradísimo Armando Miguel. En época de amores líquidos alguien declama por la red su incondicional pasión por Silvia, inspiradora de muchos de sus poemas. Que alguien de tamaña pluma haya leído algo mío..., en fin, GRACIAS. "Aprendamos a escuchar y a reconocer los mensajes del cuerpo para CONOCERNOS y para fluir con el propósito de nuestra alma", lanza Joman en su presentación. Qué sensación produce leer palabras ajenas que reflejan a la perfección nuestro sentir o pensar.
Las pinceladas hechas por "Horas Rotas" en el cielo, puente de comunicación entre la pasión y el corazón. Me halaga que alguien que coordina un Aula de Paz, me lea. GRACIAS José Ramón. Eva, quien escribe a ángeles de cemento y mezcla olores a eternidad con risas mundanas en un sólo fragmento. La gran Begoña que hace arte con motos ¡fotos espectaculares! El Chalero Solitario, que nunca supo que mi inocencia hizo que crea que era un cura..., hasta que leí un poco más y noté que Chalero nada tiene que ver con el Llanero de nuestra infancia.
Los cálidos y nutritivos tés que compartí con Isora, quien me condujo al Club del Te Tetera Planta. Al gran poeta Antonio Fernández López que es un sabio, nada más leer sus prolijas respuestas a cada uno de los comentarios. Las Montañas del NOA (Nor Oeste Argentino), lugar en el que  busca alcanzar sus sueños el hijo de una amiga.
El "Aprendiz de todo" que con ese nombre ya hace una declaración de principios que comparto absolutamente. Ahora, sí digo  Carlos, que si algo aprendiste en esta vida, es a sacar fotos, disfruto tanto cada vez que ingreso a tu blog. También a decir palabras justas, nunca olvidaré cuando citaste el fragmento de Khayyám que publicás en tu sitio, fueron un bálsamo para el momento que atravesaba.
Los venenos transnacionales de Luiso, sanos en su vigorosa juventud. La alegría y trabajo de Clara y Pepe que concretron un amor en ambos lados de la frontera paraguayo-argentina. Adam con sus maravillosas fotos en "Abstraho", que me abren ventanas a un mundo desconocido. Ellie con su gran pasión por los chicos que deviene en excelentes trabajos que comparte con nosotros, también el compromiso de María Rosa, más por el ambiente en el que vivimos que por la política. Vive a esta última para conseguir un noble fin.
Las imágenes de Victor Manuel en su "Ciudad dormida" donde agradezco que comparta sus "ideas, recuerdos e imágenes". Lucía, quien comprende las acrobacias para estar con nuestras familias, en el trabajo como periodistas, con alumnos y, lamentablemente, muy después la amistad, eso es Lucía, una amiga. El camuflado Abagayuba a quien descubrí por un comentario, para ser más exacta, por su vocabulario. La divina de Maggie que desde tierras lejanas acompaña con unión sanguínea. Las bellísimas flores que veo cada vez que me doy un "Paseo Manchego".
También están los que no tienen blog: Tikun 72, María José Sábat Muñoz, Kalepesh Sorthiya, Claudia, Primer Lector (cuyo nombre delata al primer "seguidor" que sin duda ofreció el aliento necesario para esta aventura) y la Brujita de los Colores.
Por último, y no por ello menos importante, a un primo de Cuba que me ha seguido por correo electrónico, abriendo archivos en los que viajaban mis entradas. Un empujón caribeño me hizo volver hoy a las arenas bloggeras.
A todos ustedes ¡¡¡GRACIAS!!!

domingo, 3 de octubre de 2010

Matías Berardi

Volvía cansado y vaya uno a saber con qué sueño cumplido o por cumplir. Compartía el viaje con amigos de tropelías, habían disfrutado la fiesta de egresados del Santa Inés. El año próximo sería la suya, sin embargo una bala interrumpió la trayectoria de su vida. No hay palabras que expliquen, ni realidades que justifiquen: una locura, un drama, la tragedia… ¿de la familia Berardi? No, de la sociedad argentina.
En la medida en que no incorporemos como  nuestros los problemas sociales, siento que seguirán y hasta se acrecentarán. El horror del secuestro se produjo básicamente por falta de prevención, pero no podemos dejar de lado la gran carencia de compromiso ciudadano. No puedo dejar de preguntarme cómo lo subieron a un auto, si bien no se sabe con exactitud dónde fue, es muy llamativo que nadie lo haya visto. Otra posibilidad es que haya tomado un remisse y quien lo conducía era de la banda o entregador.
Desesperante es saber que se escapó, corrió por la calle PIDIÓ AYUDA y nadie se la brindó. Aquí la condena más dura ¿qué nos está pasando que no somos sensibles ante la necesidad ajena? Matías dijo claramente que estaba secuestrado, que lo ayuden, pero el miedo fue más. Muchos se quejan de la expresión de “sensación de inseguridad”, pero aquí fue patética. El temor a lo que pueda pasar se pagó con la vida de Matías Berardi. No quiero ser hipócrita, si un chico intenta subir a mi auto, probablemente piense lo peor y arranque para impedirlo. Pero también habló con dos chicos, en un kiosco y según relatan, vieron cómo los secuestradores lo recapturaban diciendo que Matías era el delincuente. Los roles del Poliladron se invirtieron y nadie se dio cuenta, habrá que mejorar la visión: no ver delincuentes en todos lados y agudizar nuestra sensibilidad para percibir dónde hay necesidades. Esto último, en el sentido más profundo.
En la misa celebrada antes del entierro, el cura habló de la misión que cada uno tiene en la vida y que la de Matías no había terminado con la muerte. Está en nosotros tomar la posta y seguirla. El viernes hubo una marcha pidiendo justicia por él. La justicia ha trabajado más que bien y la policía ya dio con prácticamente toda la banda, aparentemente ya encontraron al asesino, otro chico, pero de veinte años (tres más que Matías).
Mi anhelo es que el asesinato de Matías marque un antes y un después, que como sociedad no toleremos más este tipo de arrebatos. Y no hablo de criticar al poder político o insultar a la policía. Pienso en comenzar a unir voluntades, a trabajar en forma conjunta, a confiar en las instituciones, a delegar en quien corresponde cada responsabilidad y cumplir a rajatabla y con profundo compromiso ciudadano la nuestra. Es decir, que empiece a funcionar la sociedad civil como corresponde. Ejercitando nuestros derechos y cumpliendo con nuestras obligaciones, si todos nos abocamos a esto, no nos quedará un gran espacio para auditar ajenos. Muchas veces parecemos ser mejores jueces de los demás y no tener autocrítica.
Siento que empezando por hacernos cargo de lo nuestro la cosa cambiará. Es que así no puede seguir, en la medida que lo entendamos, Matías será el recuerdo de cómo era antes. A partir de su coraje al correr, su escape a la libertad hizo que ese deseo por alcanzar un objetivo sea contagioso. Que todos los argentinos por una vez entendamos que el sentido de pertenencia, el compromiso por construir un país mejor, con las concepciones diferentes que enriquecen, harán de este suelo no sólo un lugar habitable. La presencia de Matías nos obliga a ser fieles, tal como lo fue él hasta su último minuto. Que no haya sido en vano, que el dolor nos enseñe a cambiar, a dejar de lado la apatía y unidos como sociedad dejar la indiferencia. Matías es un ejemplo.