lunes, 19 de diciembre de 2011

Cómo duelen nuestros muertos

Me mudé hacedos semanas (un poco más en realidad, lo siento como ayer), como para todos, termina el año con la cantidad de cierres que se presentan: mi hijo menor terminó un ciclo escolar, actos y celebraciones que hacen balances frente a otra terminalidad más...
Hace un rato, saliendo de la ducha (el agua sobre me cuerpo siempre ha sido inspiradora, muchas claridadees aparecen ahí, como si limpiase) pensé en escribir algunas palabras para antes de la comida de Nochebuena y de repente me largué a llorar: extraño tanto como el primer día a mi hermana. Mepa que por primera vez entiendo la nostalgia de diciembre (rapidita, 44 diciembres vengo viviendo...), la escucho desde que tengo uso de razón "hay gente que se ponde triste en las Fiestas". Siempre me resistí a ser de esa legión, y aún batallo.
¿Por qué en Navidad aparece todo de repente? ¿No se hacen balances durante el año? (en mi caso más de los que quisiera, estaría juntarlos todos en una sola oportunidad, si bien tienen que ver con la reflexión). ¿Qué hace tan especial esta fecha que parece que todas las ausencias se imponen? No son fantasmas como los que hace poco vi, son agujeros, falencias, carencias: quizá por recuerdos puntuales de la época, en mi caso es el pedazo que me falta siempre.
Cómo duele vivir sin ella, cada segundominuto, momento o circustancia. No sé si algún día aprenderé a su falta, aún la necesito mucho, creo que tanto como siempre. En honor a su huella y maravillosa estampa he de recordarla con alegría, con una sonrisa. Si bien sigo aprediendo que uno debe aceptar los períodos sombríos como parte de la vida (sino cuando llega la luz no es tan diáfana), su recuerdo es grandioso.
Hace poco mi hijo menor la recordó y alguna lágrima lo surcó, como consuelo pensé que su huella ha sido tan profunda que todos los que la conocimos tendremos siempre su presencia, la estela que nos dejó siento que no se  borrará jamás.
Te quiero Barbie, te extraño más y en tu honor intento vivir cada día como se merece.
Como diría Pipo Cipolatti "nos volveremos a ver" (con ritmo de canción).