viernes, 5 de noviembre de 2010

Nació un mito

Ayer, caminando por un barrio periférico de Pilar, luego de sorprenderme con maravillosas flores de estación, me detuve frente a una ventana. No pude menos que tocar el vidrio que estaba delante de la foto de un matrimonio ajada por el tiempo y coloreada por la época. En el fondo había una bandera argentina y en el centro la instantánea, que bien podría haber sido  la estampita de un santo, casi de creencias paganas y también religosas.
Juan Domingo Perón y Eva Duarte conformaban ese matrimonio, esa dupla que cambió el rumbo de la historia de mi amada patria. Fue realmente impactante, pasados los primeros diez años del siglo XXI, sigue ese vínculo sanguíneo, cuasi visceral, con la política. En realidad, ¿qué otra cosa sino eso es la política? Más allá del modo de administrar, a cargo de los funcionarios, es una manera de ver el mundo, la cosmovisión. Sin duda se construye día a día, las experiencias y la vida, si lo sabemos hacer, irán moldeando nuestra visión si tenemos intención de evolucionar.
Volviendo, la gente que sacó a relucir esa vieja imagen, sintió "algo" con la muerte de Néstor Kirchner, presidente electo democráticamente que ejerció entre el 2003 y el 2007. Pienso que algo similar a la pérdida del viejo general Perón que falleció durante su tercer mandato presidencial. No puedo dejar de impresionarme, pasaron 36 años de aquella primera muerte, y aún quedan ciudadanos argentinos que veneran  al viejo general. Sin embargo la muerte del último, la de Néstor, más que perdida se vive como una esperanza, la posibilidad de reivindicar viejas banderas, recuperar antiguas conquistas. Básicamente las del pueblo trabajador, las que los gobiernos populares protegen y defienden de los grandes tiburones económicos. A mis años, el candor ideal prácticamente se va, como las hojas del calendario. Sin embargo, estas gestiones son las únicas que firman, decretan y legislan (no palabras al viento, papeles firmados que han de cumplimentarse aún después de la gestión). No dejo de ver varios costos y licencias, pero más que todo los resultados.
En las interminables filas para saludar a la Presidente Cristina Fernández, viuda de Kirchner, se vio a una discapacitada que agradecida esperaba su momento pues nunca antes había recibido una pensión. Otros similares por conseguir trabajo, vivienda y básicamente "acceso". Poder pertenecer nuevamente a la sociedad, los excluidos, los del margen que vuelven a "pertenecer" a un sistema, son más que gratos, nunca olvidarán a quien les devolvió la dignidad.
Queda para la próxima la definición del "peronismo" dada por un oyente de radio, en ningún libro leí una más acertada (sin duda esto demuestra la escasez de lo leído por la autora...).

2 comentarios:

  1. Ahora entiendo toda la parafernalia de los kishner, no me acordaba de los Perón! Supongo que habrá sido un revivir viejas ilusiones como tú dices para muchos argentinos. Pero... tiene algo que ver la Argentina de Perón de los cuarenta a los setenta, con la del siglo XXI? Porque a nosotros en España hablar de Franco para los jóvenes es como hablar de la prehistoria...

    Un saludo!

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  2. Me parece que es generacional, sin duda Argentina es otra, tanto como la ciudadanía. Pero muchos se han criado con la añoranza a las bondades de Perón y Evita, que post mortem, parece haberlas heredado don Néstor.

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