domingo, 13 de noviembre de 2011

Kristeva II

El domingo pasado, 6 de noviembre, la revista del diario La Nación (lanacion.com) publicó una entrevista a Julia Kristeva. De ahi surgió mi último escrito y lo continúo pensando no sólo en los alumnos que enfrento cada semana, sino en la "adolescencia" genérica.
Ante todo considero que culpar, estigmatizar, responsabilizar a la juventud es un profundo acto de cobardía, o para una lectura más primaria, falta de autocrítica. El púber/adolescente que enfrenta esta nueva etapa, es un ex niño que sale de un lugar, en el mejor de los casos, protegido y cuidado. Es casi casi un choque de culturas, la de la casa y la del mundo que lo circunda. ¿puede a los 12 ó 17 años "hacerse cargo" de cómo es cada una? Creo que no, pero en él se deposita tanto... Básicamente desde el éxito/fracaso, si triunfa o no. El detalle es que son  parámetros adultos y el pobrecilio ha de acomodarse a todo eso: el gran mandato externo y una compleja interioridad que pugna por salir entre pelos, piernas ingobernables y una hermosísima sexualidad que aún sigue siendo tabú en varios lugares.
No sé si esa es la palabra, pero el choque generacional aún se siente mucho frente a algo tan fundante como es el sexo. Los que andamos entre... ¿40 y 50? (qué difícil ponerle años), creo que hicimos la gran transición, pero la que nos antecede..., todavía percibe algo pecaminoso en el sexo. No los considero víctimas, les toca enfrentar cosas maravillosas, es el despertar de la vida independiente, corroborar si todo lo incorporado es cierto o al menos si coinciden. Qué fundamental es darles espacio para esto, valorarlos, aceptarlos. En una cultura en la que todos quieren ser jóvenes, los pobres luchan por diferenciarse, por construir una identidad acorde. ¿cómo harán las chicas cuyas madres quieren parecerse a ellas? ¿Y los chicos cuyos padres muestran su "juventud" mirando mujeres como ellos?
Es muy difícil. Un genio de la escritura dijo una frase que me guía: siempre es buena la época que nos toca vivir. Si la pensamos como desafío es espectacular, distinto es si decimos "es que ahora es difícil, sino imposible, antes todo era más fácil, distinto" (¿conformismo quizá?).
Volviendo a mi querida Julia (y no el escribidor), ella considera que  "el psicoanálisis tiene la posibilidad no de proponer ideales, sino de enfrentar la crisis y suscitar; en lugr de la crisis, lo que llamo una curiosidad psíquica. Es decir, creo en vos, confiarás en mí y vamos a tratar de analizar tus sufrimientos y de no hallar soluciones falsas, sino que la única solución posible es la interrogación".
Un ex ministro de educación, Daniel Filmus, dijo algo similar. El problema de la escuela, no es tanto la falta de respuestas sino que los chicos no formulen  preguntas. Allí donde hay interrogación, hay un raciocinio que busca.

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