miércoles, 6 de noviembre de 2013

Hoy

Qué vi hoy.

Vuelvo hace un rato de dejar a los chicos en el cole y vi a un adolescente en bici con los pelos con forma de almohada. Y acá vengo a compartir con quien ande por ahí para compartir, me encantan las cabezas despeinadas, los chiquitos que salen así y a veces con denodados esfuerzos adultos por amotinar tanta rebeldía capilar. He ahí el kit, el peine organiza, busca orden y prolijidad. Sin embargo los genes luchan por salir y armarse como les da la gana ¿será por eso que tanto me gusta ver cabezas despennadas? Es la naturaleza humana que surge por algún lado, se aparece en remolinos, flequillos y pelos parados, me encanta.
La otra, llegando a un semáforo en la cuadra de la derecha una gran procesión de alumnos que caminaban a sus aulas, y me produjo emoción. La escuela que estaba enfrente se ubica en un barrio bastante vulnerable y pensaba qué armó cada familia para que esos chicos pudieran estar ahi, dispuestos a recibir enseñanzas (bueno al menos es mi anhelo más profundo, de ahí a que se cumpla..., en fin, muy temprano para no ser optimista). Además de lo material que va dentro de la mochila, el delantal y atuendos varios, el pasaje del colectivo o el madrugón para que vayan caminando y lleguen a tiempo. Si mamá acompaña, qué hacer con los hermanitos más chicos y tantas variables que los que tenemos incorporada la educación casi tan a fuego como la respiración, ni barajamos.

Entonces, sentí comprender que para los que tienen dificultad, la educación también es un enorme valor. Sin duda que depositamos deseos y aspiraciones distintas, pero sentí como una gran conquista social ver que asistir a la escuela en Argentina, es un hábito que se arraiga en las de barro y elegantes, en barrios humildes y cerrados, en familias numerosas y de nueva conformación. Es un gran piso común que si como sociedad comprendemos el alcance, hemos subido un peldaño muy muy importante.

Otro tema es la calidad educativa, ¿es igual para todos? Respondo a lo bonzo que no, pero para arribar a esa conclusión me gustaría compartir en otra entrada el por qué de tamaña afirmación.
Enorme alegría volver a la Bitácora, el verbo que da inicio a este escrito se expande a este maravilloso medio de comunicación, que nostalgié hace poco leyendo editorialorsai.com
Salud

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