viernes, 8 de noviembre de 2013

Límites físicos

Hoy vi pantalones con las rodillas manchadas, característico en los chicos. Lo llamativo fue la edad de quien los tenía puestos, un hombre ya bien maduro. El tipo de vida hace que nos engañe el cálculo de la edad, esta persona era de esas que uno nota cuánto se ha esforzado el físico. Es algo un poco intuitivo, no tiene que ver con las arrugas en la cara, sí las manos pero sobre todo, la mirada. Esos ojos cansados del tiempo, no del día, esos cuerpos siempre dispuestos a hacer fuerza, pues es para lo que más se lo ha utilizado.

Este buen hombre caminaba con gran diligencia haciendo alarde de su gran flexibilidad y capacidad para estar de rodillas y dejar la huella en la ropa. Entonces no pude menos que pensar en las diferencias del envase humano, están los habituados al gran despliegue físico por necesidad material, los super desarrollados por actividad deportiva que a la larga tienen consecuencias por sobre uso, los activos y sedentarios, los bien cuidados y abandonados, los sanos y enfermos. Qué bueno entender que el cuerpo es un vehículo, un soporte para trasuntar nuestro ser, a través de él nos vinculamos, conocemos y sentimos.


¿Somos cuerpo? Sin duda que sí, todo lo que nos  pasa lo recibimos por ahí y también es nuestro medio de comunicación. ¿es posible separarlo del alma, el espíritu? No tengo muy clara la respuesta, pero la singularidad creo que no viene del cuerpo sino del ser y el físico se acomoda a esa esencia y se adapta. Imposible generalizar, ni todos los altos son iguales ni las personas sedentarias también, pero no se cuándo empieza o termina la adaptación. La jirafa puede comer las hojas más altas del árbol ¿porque es alta? ¿o es alta para poder llegar a esas hojas? ¿Es su naturaleza la que hizo que le crezca el  cuello o es así y por eso aprovecha sus características físicas?

Seguramente mi padre sabría responder estos nimios interrogantes, pero desde la intuición me animo a declarar que el físico del otro nos dice muuucho, hablamos mucho con el cuerpo. Y cuando el discruso se contradice con lo físico, mmm... información para tener en cuenta. ¿Podría aventurar que el cuerpo es el punto de vista? Algo que solemos olvidar de adultos es desde dónde veíamos el mundo cuando niños. Recuerdo perfectamente no llegar a la mesada de la cocina y siempre andar estirándome para ver (se suplía con una silla para "estar a la altura", con todas las implicancias que esto tiene). Por eso siempre adoré los muebles adaptados a los más peques, sillitas, mesas, sillones, etc. Se comprende el lugar simbólico en el que están y ahí se acomoda todo para que puedan "ser" con mayor comodidad.

Viajando un poco, en TV mostraban cómo vive una enana, las enooormes limitaciones que deben enfrentar por tener otra altura. Los chicos suelen estar acompañados por adultos que colaboran, pero un adulto que sabe que no superará cierta altura, o necesita que el entorno se adapte o ayuda para poder, por ejemplo, ser visto del otro lado del mostrador.
Me gusta pensar al cuerpo como envase, algunos dicen que es el guante que usamos en la vida, la mano sería el ser. No sería tan taxativa, el envase hace al contenido y a su vez lo de adentro también modifica a lo de afuera ¿no?

2 comentarios:

  1. Hola..paso a saludarte esperando encontrarte pronto...

    Gracias..pasa buena tarde...besos entregados..

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    1. Don Vitoooooooooooooo..., el de los besos y saludos condimentados! Tomé tu estilo tan original y agradable de adjetivar los saludos. Ya me doy una vuelta por tu blog mientras pienso calidad de besosX

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