sábado, 26 de septiembre de 2009

La ola

¡Santas y buenas!
Vengo leyendo todos los comentarios y todavía no tengo muy claro cómo responder, en cuanto devele el misterio respondo a mis queridísimos lectores.
Anoche fui a un cine debate donde vimos La ola, película alemana basada en un hecho real ocurrido en Estados Unidos en 1967. Como bien dijo quien coordinó el debate, es un versión libre: un profesor realiza un experimento junto a sus alumnos cuando tienen que estudiar la autocracia. Ponen en práctica recursos y estrategias que se terminan yendo de las manos, formando un grupo cerrado dirigido por un líder, con rasgos espantosamente totalitarios. La caracterización no es al azar, pues un sistema de esas caracterísitcas llevado al extremo, la historia demostró que no termina bien. Y en la prueba que realiza el personaje alemán de la película tampoco.
Es un film muy recomendable, vale la pena verlo y sobre todo PENSAR. Muestra cómo la sociedad en la que vivimos cosecha un terreno muy propicio para la entrega de la voluntad a un líder, delegar las decisiones y el pensamiento al ideólogo. Sin duda es una actitud muy cómoda, y cómo cotiza hoy en la bolsa de valores (no de Wall Street precisamente) el facilismo, la inmediatez, la instantaneidad. De tan sencillo que queremos todo, de cuánto cuesta hacer que la gente se tome el trabajo de pensar, se llega por un atajo a la entrega total.
La manipulación no es producto de un ser maquiavélico que con magia tergiversa la realidad, hay consenso de quien se deja manejar, existe una voluntad, conciente o no, que lo permite. Cuánto más simple es leer una sola vez un artículo y tragarlo tal cual está, que pensarlo, analizarlo, compararlo..., en fin, hacer una lectura crítica.
El debate que se hizo después, enriqueció aún más la experiencia. Aconsejo a quien pueda, asistir a este tipo de eventos. Nunca mejor momento para desmenuzar una película, que cuando termina. Seguro que al día siguiente, y después también, veremos o entenderemos cosas que llevan un proceso. Pero compartir en caliente la experiencia, con desconocidos que piensan distinto o igual, nutre y completa la significación.
Me voy a comer unos brownies que salieron bárbaros y después vuelvo a responder comentarios y subir fotos (espero tener éxito en la empresa)
¡¡¡¡¡¡Buen fin de semana!!!!!
Hoy aquí en Pilar fue un día totalmente primaveral, soleado y templado.

2 comentarios:

  1. Azul unada,
    Esta entrada - que recién leo ahora - llamó a mi mente una cita a Tockeville que leí en un artículo de Mariano Grondona sobre el estatismo (que no comparto) en La Nación de hoy. La cita dice "Para alcanzar su fin, el norteamericano descansa en el interés personal y deja obrar, sin dirigirlas, la fuerza y la razón de los individuos. El ruso [refiriéndose a la época zarista]concentra de alguna manera en un hombre todo el poder de la sociedad. El uno tiene como principal medio de acción la libertad; el otro, la servidumbre."
    Veo aqui que de alguna manera vos rondás con coincidencia el tema que Tocqueville menciona en esa frase, y así como que la comparto, la idea me produce un conflicto interno (una contradicción) con otras que tengo.
    Ellas se pueden resumir en la opinión consecuente de que nuestro país sufre una "crisis de liderazgo", con lo que impícitamente admito su necesidad.
    La ausencia total de liderazgo se parece un poco para mí a la anarquía, que no creo buena.
    ¿Como resuelvo este conflicto si no estoy dispuesto a claudicar ninguna de éstas ideas?
    Lo que esto me hace pensar ahora es que tanto Tocqueville como vos se refieren al liderazgo como la delegación de "todos" los aspectos del quehacer y pensar del individuo en "una sola persona"; y yo creo que el liderazgo es malévolo cuando apareja cualquiera de ambas condiciones.
    La primera implicaría el sometimiento total del individuo al liderazgo, a la autoridad, tanto sea representada en un gobierno o un estado como en una persona, sin dejar espacio alguno a su albedrío personal... o sea perdiendo ese carácter de "individuo".
    Y la segunda (el liderazgo o autoridad de una sola persona) implica el peligro tantas veces consumado de que el líder se convierta en tirano. Existe en la historia de las ideas políticas la figura del "dictador benévolo", pero la experiencia relegó la figura a sólo historia...
    Yo creo que el liderazgo existe, que es necesario al orden social, y que algunas personas tienen la capacidad - y la obligación -de ejercerlo, y otras no.
    Pero volviendo al orden de las condiciones que mencioné que lo vician, la forma en que el liderazgo debe afectar al individuo no es el "sometimiento total", sino la libre delegación de un solo aspecto del quehacer social, que es el gobierno y administración de la "cosa pública", a una autoridad que provea al bien común; y reservandose el derecho a resistirla o cambiarla - que ya proclamó San Agustín - cuando ésta se tuerza de este propósito.
    Y en cuanto a la segunda condición, el liderazgo no puede ser unipersonal, sino natural, repartido, limitado y autolimitado, y dinámico.
    Cuando digo "natural", me refiero a que debe recaer en las personas que tienen el "don" de ejercerlo, que tarde o temprano es reconocido por los demás. Cuando digo "repartido" es que no debe ser exclusivo de una persona o sector, tanto sea social como económico o político. Debe ser la expresión de la diversidad propia de la sociedad. Lo de "limitado" es obvio, no sólo en cuanto a que, como dije antes, no debe recaer sobre todos los aspectos de la vida de los individuos, sino también a que no puede ser establecido como discrecional. Por "autolimitado" quiero decir que no puede actuar de la misma forma, lo que se logra con el balance republicano de poderes. Y por dinámico, en que no puede ser perdurablemente delegado en nadie, lo que se logra con sistemas políticos, presidenciales o parlamentarios, aunque sobre los cuales tengo mis disensos - que hacen a un saludable recambio.
    Bueno... Ya te sometí a suficiente divague en este Domingo gris y lluvioso que no dá para mucho más. Veré ahora cómo pasar el resto del tiempo al que me somete el día sin matarlo.

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  2. Hi Abag! Jamás delegaría todos los aspectos del quehacer a nadie, sólo algunos y con mucha cautela. El problema, es cuando un grupo no quiere delegar ninguno, y creo que es producto del individualismo extremo. Vivir en sociedad, pienso, implica crecer con y para el otro.
    Coincido en el problema del liderazgo, pero es una cuestión de toda la comunidad. El no encontrarlo no es cuestión de un destino malvado, quizá falte madurez para producir alguno a la altura o humildad para aceptar que quien nos representa ha sido elegido por una mayoría, por más que no formemos parte de ella.
    ¿Cómo pasaste el resto del tiempo dominical sin matar el día?
    Me interesa mucho esa respuesta. Buen comienzo de semana Ayuba!!!

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