miércoles, 3 de febrero de 2010

Quequén

Acá estamos, frente al mar, bien al sur de la provincia de Buenos Aires. Tengo sal hasta en el alma... Cada año que vengo de vacaciones, intento bañarme más que el anterior, así el efecto dura hasta la próxima.
Algunas impresiones:
** Estar debajo de la ola, justo cuando está por romper, ver desde el agua la incipiente espuma que se forma en la cresta... Es un contraste sublime con el cielo y el segundo en que todo se mueve con la ruptura.
** Caminar, caminar y caminar por la playa mirando el agua que se acerca y se va, pero principalmente mojándose los pies (y hasta donde salpique)
** Buscar arena seca y calentita al atardecer cuando empieza a refrescar. A esa hora en que las pisadas hacen sombra, subir al médano y ver el faro recién encendido y todo Quequén desde esa altura.
** Cerrar los ojos y escuchar el sonido del mar y el olor oceánico.
** Juntar piedritas (acá hay pocos caracoles).
** Sentarse frente al mar y ver la gente pasar.
** Ir viendo cómo baja el sol y disfrutar la playa hasta el último resplandor. La semana pasada cometí la imprudencia de irme ya de noche, nos cruzamos con unos hombres algo ebrios..., y en fin, terminó bien.
** Ir viendo los dibujos del sol en la piel bajo la ducha.
** Las puntitas de sal que se juntan en los extremos de las pestañas.
** Sabor a sal en todo el cuerpo.
** Acostarse con los brazos extendidos perpendiculares al cuerpo sobre la arena y sobre el mar, ¡Qué placer flotar mientras las olas balancean!
** Tomar mate en la playa. Comer churros con dulce de leche recién hechos.
** Hacer la medialuna sobre los finales de la ola (casi me rompo el brazo haciéndolo, porque de tan mojada la arena, me enterré..., ji, ji!)
** Armar cosas en la arena con los chicos. Escribir en la arena.
** Abrazar a los amados mirando el mar, protegidos por el sol.
** Llegar a la playa e instalarse. Volver de la playa y pegarse una ducha.
**
La última quedó en blanco para que la completen quienes quieran hacerlo.

3 comentarios:

  1. llegar el primer día y entonces...comenzar a oler toda esa inmensidad,... ese mar azul que se junta allá lejos con el horizonte, y puede caber todo en el círculo que forman los dedos.

    un abrazo

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  2. **Hacer investigaciones en los charcos que quedan en las rocas cuando baja la marea. Es como hacer un safari marino en miniatura, viendo cangrejos, anémonas y demás animalitos! Yo puedo estar horas mirando uno.

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  3. Peeerooo!!!!!
    Gracias por los aportes. El viento dificulta un poco la playeada de hoy, me encantó lo de ver todo desde el círculo de dedos Filo!
    Angelillo, te harías una fiesta. Hay una escollera construida y delimitada por enormes rocas. El otro día de mar bajísimos, encontramos pececitos en esos charcos que mencionás, mi perra enloqueció investigando...

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