domingo, 21 de febrero de 2010

Registrar un momento para los demás

Después de tremendo temporal ayer (empezó antes de las 18 y en forma intermitente siguió hasta hoy, con períodos prolongados en los que dejaba de llover), hoy fue un día ideal para estar en casa. Se pasó casi toda la tarde poniéndome al día con algunos capítulos de mi novela que mi hijo grabó y doblando y guardando ropa limpa. Anoche mi hija recibió cinco invitadas a dormir. El cuarto destinado para ellas se llovió bastante y había que poner colchones en el piso. Por suerte se resolvió y ellas lo pasaron bárbaro.
A medida que llegaban subían a su cuarto y después de gritillos, saltos, rizotadas y muchísimo parloteo bajaron en pijama y... maquilladas. Esas caras que quieren ser adultas, pero una mirada inocente delata la niñez ¡Qué ternura! Después me enteré que los sonidos que se escuchaban respondían a la sesión de fotos. Todas practicamente, tienen su máquina y me da la sensación, que muchas cosas se hacen/viven para la foto. La pintura de la cara era justamente para que quede registrada en la imagen, después subirla a facebook y compartir con quienes no estuvieron ese momento.
No analizo desde lo correcto o no, el deber ser y eso. Sencillamente me sorprende cuán distinta es la niñez de ahora que la de hace cuarenta años. En el medio ¿pasaron tantas cosas como para que veamos y vivamos tan distinto? y..., sí. Pasó de todo, es bueno tenerlo en cuenta para ser más accesibles e intentar aunque mal no sea, acercarnos y entender un poco a las nuevas generaciones.

2 comentarios:

  1. Esto de la red es curioso: no solo para las chicas que efectivamente, se matan por una fotografía para subirla al facebook (ya veo que están en la misma que nosotros). Cuando vi la noticia por la televisión de las lluvias torrenciales, pensé en cómo estaríais por allí, y ya veo que hasta lo pasaron bien. Esto de seguir blogs es como tener ventanitas en un montón de lugares del planeta... Algo así como corresponsales privados. Dicen que la red deshumaniza las relaciones entre las personas, pero por otro lado, qué experiencia tan interesante...

    Un saludo!

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  2. Algo así me pasó en Quequén, cuando veía las golondrinas o piedras extrañas en la playa, pensaba en Cáceres y su duro invierno.
    Sin duda que es interesante/humanizante/enternecedor.

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