lunes, 26 de abril de 2010

Sala de profesores

Importante para ellos

He de confesar una profusa animadversión que tengo por la sala de profesores. He llegado a compararlo con un nido de ratas: miradas maliciosas, escrutadoras de los zapatos, pasando por el pelo, hasta el bolso. Saludos no correspondidos, envidias por el entusiasmo de algún alumno por el estilo de las clases, y lo peor de todo, chismes al por mayor. Ahí se desnudan verdaderos conceptos, filosofías de vida. De nada sirve tratar en clase al alumno "con el debido respeto" y criticarlo con crueldad en estos mitines (cualquier cosa menos) pedagógicos. Me gustaría que fuera un ámbito totalmente distinto, de mutuo enriquecimiento para mejorar el clima de trabajo y optimizar recursos docentes.
Bueno, como el tiempo también sirve para demostrarnos cuán equivocados estamos, el otro día un encuentro con dos profesoras de lengua, me dió el gusto (calculo que si éramos más ese diálogo no habría podido ser..., para no sentir tanto mi malediciente primer párrafo). Empezamos con las faltas de otrografía que crecen como hongos, hasta llegar al habla (la puesta en uso de la lengua). Los problemas gramaticales que vemos al corregir, pienso que han de ser útiles para las especialistas del lenguaje. De este modo sabrán dónde poner el acento y dónde paréntesis, ji, ji, ji.. (los signos de puntuación son simbólicos de la enseñanza de la lengua).
Una conslusión a la que arribamos, es que los chicos dialogan poco con los adultos, no se los escucha. No tienen el hábito de ser corregidos cuando conversan (puede ser porque hablan a la perfección, porque los adultos no tienen verba académica, porque no los escuchan, entre otras). Lo corroboré este fin de semana con un invitado de mi hijo mayor. Un chico encantador, que aparenta ser parco: me habló hasta por los codos, me contó de su vida, familia, gustos, etc. Lo escuché con el mayor amor posible, poniendo interés en "sus" cosas. Lamentablemente esto no es muy común, yo descartaba que a los padres siempre les interesan los asuntos de sus hijos. La realidad me indica que no siempre...
El buen uso del lenguaje tiene que ver con la puesta en práctica, y la corrección de errores. Una de las profesoras me decía que ellos sólo hablan entre pares y lógicamente no hay aplicación gramatical. Surmo a esto un artículo que salió el sábado 24 en el diario La Nación (http://www.lanacion.com.ar/). "Claves para convivir con mayores" es el título. Ofrece sugerencias para hacer llevadera, y enriquecedora inclusive, la convivencia.
Engancho ambos puntos, la falta de escucha de las jóvenes generaciones y el abandono de la ancianidad. Antes era común que el abuelo viviese con hijos y nietos, hoy no siempre ocurre. Abundan los geriátricos y hogares-depósito.
Sugiero la lectura del artículo que brinda estas claves: escuchar, alentar, no sobreproteger y respetar la cultura. Algo muy similar podemos hacer los docentes con los alumnos.
El artículo periodístico ofrecía una dirección para cuidadores de pacientes con trastornos de memoria: www.viviendomejor.com.ar/cuidaralosquecuidan.

1 comentario:

  1. Hola Azul me gusto el post y me quede.
    Falta comunicación y muchas sonrisas.
    Risoabrazos. Buen fin de semana

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