domingo, 8 de noviembre de 2009

Mercurio de reina

El taco de reina es una planta que suele crecer en los laterales de las vías, al igual que las campánulas violetas. No puedo dejar de asociarlas con la mágica vista que aparece en las ventanas del ferrocarril. En cada lugar donde vivo, intento reproducir ese pequeñísimo efímero jardín, que se disfruta por los segundos que la vista puede posarse en él. Algo así como la vida, un soplo y todo cambia, un instante que anticipa otra más.
Algo mínimo como una gota de agua en la hoja del taco de reina, se transforma en espectáculo visto desde arriba, en mi caso la ventana que está a la izquierda del teclado que ahora castigo. Algo ha de tener esta maravilla vegetal, que parece impermeable: el líquido se concentra en gotas que no se expanden. A lo sumo se agranda cuando aparece otra cerca, como el mercurio. ¿A quien no le gustó jugar con él alguna vez que se rompió un termómetro? Dicen que es muy tóxico, y un cuñado mío cuando muy joven, tuvo que juntar el metal plateado de uno que yo rompí. Nunca lo voy a olvidar inclinado sobre el piso, barriendo delicadamente con una hoja de papel. De este modo cada partícula se unía con otra hasta formar una pequeña masa que se agrupaba en el suelo, ya no aprisionada en el interior del vidrio.
Bueno, así se comporta el agua, sea de lluvia o rocío, sobre las hojas del taco de reina. Prometo fotos que reflejen este extraño y maravilloso fenómeno

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