viernes, 27 de noviembre de 2009

Siempre prolijito

A raíz de un proyecto maravilloso que llevo adelante con tres cursos de alumnos, me puse a pensar en la prolijidad, en la posibilidad que se tiene o no de estar "impecable". Los chicos están armando cajas de Navidad para los 19 integrantes del Hogar de Niños del Milagro. El mayor de los chicos se llama Nicolás, tiene 18 años y ya debe egresar. Las monjas, a cargo de la institución, junto a la psicóloga y trabajadora social, motivan al muchacho para que empiece a volar solo. Ante la carencia de recursos (de todo tipo y factor), el joven no proyecta más allá de los cuidados y seguridad que le brinda el Hogar, (comprensible ¿no?, si a los jóvenes que están en período de emancipación, les cuesta dejar la "Casita de los viejos", imagínense a Nico...).
El caso, es que juntando cosas para su caja de Navidad, aparecieron cantidad de corbatas y andamos en la búsqueda de camisas. En un momento me detuve a pensar que en el Hogar, las monjas planchan y tienen los elementos. Pero cuando él pueda armar su propio nido, tendrá que pensar en tabla de planchar, entre otros elementos necesarios. Por eso me parece importante que reciba ropa de estas características, para que ingrese en el mundo adulto con una buena imagen: camisa y corbata. Estudia electricidad (por eso los chicos andan pidiendo y comprando herramientas para su caja) y no es muy común un elecrtisista tan atildado. Pero ojalá supere sus estudios y en algún momento necesite la camisa para ascender en la escala social, OJALÁ NICO PUEDA.
Me acordé de mi adorado abuelo materno, "Abuelito José". Hijo de inmigrantes italianos, integrante de una familia numerosa con un padre muy fuerte, que de tanta luz casi no le dejó brillo propio a su descendencia. Tenían una verdulería en Rosario y casi toda la familia se dedicaba al negocio. Gente sencilla por cierto. El viajaba todos los febreros a Béccar, donde vivíamos en la provincia de Buenos Aires. ¡Qué fiesta era ir con mamá y mis hermanos a la estación Migueletes a buscarlo! Tenía un andar tan amoroso..., son su valija en una mano y una caja llena de alfajores de maicena en la otra. ¡Qué tesoros tengo en la memoria de Abuelito José!
Volviendo a la prolijidad, siempre estaba de punta en blanco (no le recuerdo una sola remera, siempre con camisa). Usaba también camiseta y me encantaba vérsela debajo de la ropa, hasta cuando tenía mangas cortas, llevaba esa musculosa blanca tan viril e interior. Se lo conté los otros días a mis hijos, porque el mayor me comentó que en muchas películas estadounidenses, aparecen los hombres con camiseta sin mangas (un clásico holywoodense, mostrar al macho sexie con este atuendo).
Bueno, Abuelito José era local, de origen humilde y jamás lo vi desprolijo o sucio. Ojalá los nietos de Nico tengan recuerdos tan preciados como los que alimentan mi afiebraba imaginación.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Mapa del hambre

Retomo el último escrito y voy al Mapa del Hambre.El Centro de Desarrollo Comunitario de la Factultad de Ciencias Veterinarias de la UBA trbaja en la Campaña “Construyamos el mapa del hambre”. Cuenta con el apoyo de Rutas Solidarias, y lo lleva adelante el Departamento de Transformación de la Realidad de Red Solidaria.
En el marco de la Campaña, se convoca a aquellas personas que sean voluntarios o trabajen en algún centro comunitario, comedor o escuela que presenten casos de pobreza, desnutrición, indigencia, necesidades básicas insatisfechas, a aportar información que contribuirá a:

- Completar el Mapa del Hambre.
- Detectar Centros de Transformación (CT) y tomar contacto con las comunidades.
- Mostrar dignamente, a través de la comunicación, las características de cada una de estos lugares.

La información puede aportarse en http://www.rutassolidarias.org.ar/esp/formulario.php o por correo electrónico a cdc@fvet.uba.ar, o registrándose en el Foro Profesionales contra el Hambre www.fvet.uba.ar/bb/.

El Mapa del Hambre en la República Argentina se presentó el año pasado en la sede de la Facultad de Ciencias Veterinarias, cuando se hizo el 1er. Seminario sobre el Hambre en la Argentina. En esa oportunidad, además, se presentaron:

- Los riesgos que representa socialmente el hambre en problemáticas como la desnutrición, la salud pública, el agua y la potabilización y la seguridad alimentaria.
- Las alternativas de organización y gestión del trabajo solidario para combatir este flagelo.
- Programas generadores de ingresos y producción de alimentos para terminar con la dependencia de ayuda solidaria.

La organización de este Primer Encuentro Académico en la Lucha contra el Hambre reunió a profesionales, académicos y educadores del ámbito de las Ciencias Veterinarias, la Agronomía y la Medicina.

En www.fvet.uba.ar/rectorado/centros/cdc/video/MapadelHambre.pdf,
se presenta con toda claridad en qué consiste la elaboración del mapa del hambre, y cómo participar.
En www.infocivica.org.ar/Main.php?do=newsArticlesView&id=232,
aparece una nota muy clarificadora con un video que reproduce la entrevista a Manuel Lozano, director de la Red Solidaria Argentina.
Espero encontrarme con alguno de mis lectores trabajando por erradicar el hambre de nuestra patria.

Ni por asomo abandono

He vuelto! Sin saber muy bien si alguien lee o no, yo sigo amasando teclados, pienso que en algún momento leudará. Es mi primer día ciberneteando en casa nueva, estuvimos más de una semana sin compu y mis visitas al ciber se limitaban a lo extrictamente laboral, pero mi cabeza seguía con diarialavida. Pensé en varios títulos para variopintos textos, que algún que otro papel perdido atestigua. Sin embargo no quiero anclarme en lo pasado, voy para adelante y si alguno de esos pensamientos valía realmente la pena, mi cabeza se ocupará de rescatar (de hecho ya empiezan los borbotones de ideas y recuerdos...).
Uno que no quiero dejar pasar, es un artículo que salió el sábado 14 en el diario La Nación (www.lanacion.com.ar). Soy fiel seguidora de ese espacio semanal "Historias con nombre y apellido". En esta oportunidad, los lectores tuvimos el privilegio de vislumbrar un ser superior: María Inés Mato. Inivito a todos a leerlo (en cuanto pueda lo copio aquí), no tiene desperdicio y se aprende mucho.
El viernes estuve frente al río, participando del IV Foro de Periodismo Infantil, muy interesante por cierto. Una de las exposiciones, estuvo a cargo del Barómetro de la Infancia. Es un grupo de profesionales que investiga desde la Universidad Católica Argentina (UCA), la situación social.
"El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia busca constituirse en un instrumento de medición y de cambio. Se trata de un programa de investigación desarrollado de manera conjunta por el Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA y la Fundación Arcor, que intenta aproximarse al grado de cumplimiento de los derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU, 1989) en los grandes conglomerados urbanos de nuestro país". Así lo explican en el boeltín digital que ya hoy me han hecho llegar. Los interesados pueden escribir a barometro_infancia@uca.edu.ar, para solicitar data.
Son muy impresionantes los índices que analizan para evaluar el hambre y pobreza de la infancia. Un indicador, por ejemplo, es el porcentaje de chicos que escuchan cuentos relatados por otros, o el festejo de los cumpleaños. No puedo dejar de preguntarme a qué instancia de evolución de la humanidad hemos llegado para tener que catalogar semejantes cosas. Y menos mal que alguien se ocupa de esto, pero tener que medir algo tan humano como "el relato"..., en fin, no puede menos que espantarnos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Vínculos rotos

¿Qué pasa cuando se rompe un vínculo? ¿Qué es un vínculo? La segunda: un vínculo es un lazo, básicamente de amor, entre dos personas. Es cierto, hay muchos en los que priman otros interses, pero pienso que cuando hablamos de personas, siempre hay que buscar algún tipo de gesto amoroso, algo "humano" que particularice esa relación. Los policías nos parecen todos iguales, máxime con el uso del uniforme. Ante la opción de tratar a todos igual, opto por individualizar el trato y no culpar al siguiente por algún problema con el anterior, dar siempre la oportunidad de revertir malas prácticas y considerar a cada presona como un ser único e irrepetible. Invito a que hagan la prueba, y verán cómo cambia este "vínculo" circunstancial. Espero haberlo definido: relación entre dos personas.
Ahora, cuando se rompe, ¿qué pasa? A veces se puede remendar y probablemente siga con un nivel de profundidad mayor pues ambas partes tienen interés en preservarlo. Ahí radica la naturaleza, en la voluntad que cada una de las partes tenga por esa relación. Más de una vez (ando indagando por qué, y ya se está revirtiendo por suerte)me ha tocado estar del lado que pone mucho para sostener. Pero por más voluntad que se tenga, entre personas tiene que existir equilibrio. Considero nocivo bancar más de un rechazo, hay que saber leer los gestos, actitudes y prácticas. Cuando no se es bienvenido a un lugar, sugiero no volver..., ¿para qué? ¿Repetir frustraciones? Pasa, que a veces nos cuesta aceptar estos desaires y uno (digo yo) los minimiza para seguir apostando: ¡ ¡ ¡ B A S T A ! ! ! Cuando no da, no da.
Así como los artistas tienen que saber retirarse a tiempo, en la cresta y no en el crepúsculo de la carrera, en los vínculos hay que saber aceptar a tiempo, digo yo. Sino, uno se termina dando cuenta tarde y eso duele mucho más que aceptarlo en su debido momento.
Ahí está entonces la respuesta, se recompone un vínculo cuando ambas partes están dispuestas a hacerlo y tienen puesto en esa relación la misma energía.
Digo yo, otra vez...

martes, 10 de noviembre de 2009

Estilos de enseñanza

Hoy tuve una gran diferencia en relación a cómo educar/formar alumnos. Todavía en los colegios se siguen viejos sistemas de "demostración". Entiéndase una carpeta para que los padres vean que hacen algo. Ahora, ¿es ese el único modo de enseñar? ¿Los padres son tan retrógrados que por ver unas hojas escritas (quizá copiadas a desgano del pizarrón o dictadas a fuerza de lograr silencio)consideran que los chicos aprenden? Me sigo sorprendiendo. El aprendizaje, en primera instancia no es instantáneo, y es un proceso maravilloso que pueda comenzar en el aula como disparador inicial de algo que ha de completarse muy probablemente en ausencia del docente (hay que bajar un poco el narciso y aceptar que uno es un humilde vehículo de transmisión, que intenta abrir puertas para que ellos atraviesen o no. Quizá no es el momento, queda entornada y más adelante la abrirán).
Ahora, pretender que por escribir varias hojas los chicos "trabajaron" me parece cuanto menos absurdo. ¿A quién hay que "demostrar" esto? Como padres vamos viendo el producto de los sembrado con nuestros hijos a través del diálogo, conductas, actitudes, etc. Es bastante más complejo que abrir una carpeta y ver "cuánto escribieron". Cuán limitada esta apreciación, de cuánta maravilla se pierde. El compromiso de estar parada frente a un grupo de jóvenes excede con creces el simple conformismo ajeno. Es una instancia superadora en la que se ambiciona sacar lo mejor de cada uno, que ellos mismos se sorprendan de lo que son capaces.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Diciembre florido

Comparto algo que publiqué el año pasado en Igooh, sitio que recomiendo. Hoy me llegó una respuesta en inglés de una tal Juliet a quien invité a conocer diarialavida. Salió el 16 de diciembre. Este año corroboraré si las flores siguen tan lindas como el año pasado, ahí va:

Las santa Ritas que encandilan en fucsia, los laureles que bailan entre el blanco y el rosa claro e intenso, los ceibos que dibujan figuras irrepetibles con sus copas, los jazmines que embriagan con su perfume que casi igualan a las madreselvas… Y podríamos seguir varias líneas más. Por respeto a los que no ponen tanta atención a la enorme paleta cromática que ofrece Pilar, suspendo la enumeración.

Pero casi que esto se los dedico a ellos, a los que no se detienen a observar cómo un pájaro junta una pajita para armar el nido, los que no interrumpen un pensamiento por un aroma que se cruza. Es tan lindo dejarse llevar por la enorme oferta natural, y en Pilar, ¡por suerte la tenemos!

Dando las últimas clases del año, con un resto que se resiste en aparecer, recibo un manchón rojo por la ventana. Dejo un poco la teoría y me atrevo a observar: es la copa radiante de flores nacionales que regala el ceibo de la Plaza 12 de octubre. Una mañana muy temprano, veo a una mujer que desvía su camino de la vereda para acercarse a un laurel rosa (justo al lado de ese ceibo) y aspirar el aroma. ¡Cuánta sabiduría! Se llevó puesta esa alquimia perfecta que produce el rocío mañanero. Sabe usar su nariz.

Alguien que sabe dijo que este año ha sido único para los laureles blancos y rosas: mis cuarenta primaveras lo confirman, nunca vi a estas especies tan llenas de flores, un espectáculo a la vista de quien lo quiera apreciar.

También dedico estas líneas a una vieja amiga, joven por cierto, que vive en Grecia. Este año tuvimos la dicha de un reencuentro cibernético, uno de los enormes beneficios del desarrollo tecnológico, lo agradecemos, ¡ella y yo! Tardó en responder uno de mis correos electrónicos (no electronic mail, e-mail) y lo hizo desde Japón. Comparto su apreciación del lugar, pues me parece muy reveladora. “Con respecto a China, no sé, es una cultura tan diferente…, aquí es otra historia, me cuesta entenderla, es tanta la gente que hay en China que aunque uno lo sepa… es difícil de explicar la sensación cuando uno esta allá. Nada tiene de un país comunista/socialista, el capitalismo y la modernidad se desarrolla a pasos acelerados. Hay bastante diferencia social y un modo de vida cada vez mas parecido al occidental. Solo en las pequeñas ciudades que para nosotros son enormes, se conservan mas las costumbres. Me impresionó Hong Kong, nada que ver con el resto de China, se nota que estuvieron hasta hace muy poco como colonia inglesa”.

Bueno, comparto una intimidad de mis correos personales.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Taza

Es un elemento tan básico que casi nadie se dedica a analizarlo. Verlas en el secador de la cocina nos transportan al día en que las usamos, con quiénes estábamos, en qué ocasión, y todo teñido del sentimiento en el que se basó su uso. Lo más probable es no pensarlas, a lo sumo su contenido, pero es casi automático abrir la alacena, sacar una y llenarla en soledad, o disponerlas en una mesa para compartir (vaya uno a saber qué).
Ahora, cuando se las piensa, es porque algo fuera de lo habitual ocurrirá, desde visitas o festejos, hasta embalarlas para regalar. Regalar tazas, para un casamiento, alguien que se muda, reducción del propio hogar…, siempre vienen acompañadas por algún hito, por lo general importante. Y comenzamos acordando en el poco tiempo mental que les dedicamos…
También están las heredadas, que las usaron personas que sólo vimos a través de relatos. ¿Será una transmisión amorosa del uso diario? Sin duda que todas acarrean historia: las de melamina para que los chicos no las rompan, las de porcelana pintadas a mano, los cacharros que resisten el maltrato, las despintadas que aún conservan calor humano…, son tantas como personas que las portan, las personalizan.
Sin embargo, cuando se rompen, es un simple objeto el que se va, los recuerdos y el amor quedan en el corazón.

Mercurio de reina

El taco de reina es una planta que suele crecer en los laterales de las vías, al igual que las campánulas violetas. No puedo dejar de asociarlas con la mágica vista que aparece en las ventanas del ferrocarril. En cada lugar donde vivo, intento reproducir ese pequeñísimo efímero jardín, que se disfruta por los segundos que la vista puede posarse en él. Algo así como la vida, un soplo y todo cambia, un instante que anticipa otra más.
Algo mínimo como una gota de agua en la hoja del taco de reina, se transforma en espectáculo visto desde arriba, en mi caso la ventana que está a la izquierda del teclado que ahora castigo. Algo ha de tener esta maravilla vegetal, que parece impermeable: el líquido se concentra en gotas que no se expanden. A lo sumo se agranda cuando aparece otra cerca, como el mercurio. ¿A quien no le gustó jugar con él alguna vez que se rompió un termómetro? Dicen que es muy tóxico, y un cuñado mío cuando muy joven, tuvo que juntar el metal plateado de uno que yo rompí. Nunca lo voy a olvidar inclinado sobre el piso, barriendo delicadamente con una hoja de papel. De este modo cada partícula se unía con otra hasta formar una pequeña masa que se agrupaba en el suelo, ya no aprisionada en el interior del vidrio.
Bueno, así se comporta el agua, sea de lluvia o rocío, sobre las hojas del taco de reina. Prometo fotos que reflejen este extraño y maravilloso fenómeno

Hábitos y costumbres

En una corrida matinal, compraba fruta y verdura antes de empezar a dar clases. Me gusta elegirla personalmente, ver qué está bueno para nutrir como corresponde a mi familia. Además es un modo de educar a la prole, no sólo en la buena alimentación, también culturalmente: que sepan qué comen, cuál es el origen, características de la cocción, si es tradición de la familia o costumbre adquirida recientemente, etc. Cuando puedo preparo mandioca, característica de la zona de los guaraníes que la utilizaban mucho. Hoy conseguimos el tubérculo en las verdulerías y el almidón, harina o tapioca en las dietéticas. Es nutritivo y no está muy divulgado su consumo en esta zona.
El caso, es que durante toda la compra, la pequeña hija de la mujer boliviana que me vendía, se mantuvo sentadita en una mesa alargada. Me llamó la atención su quietud que comenté con quien supuse su madre. Mis tres hijos, creo que jamás permanecieron así quietecitos por tanto tiempo en un lugar que yo considero peligroso, pierden la estabilidad y se caen al piso desde una altura considerable. La chiquita en cuestión, con rasgos absolutamente coyas, incluso se paró para agarrar unos ajos que eran sus juguetes. Los colocaba de a uno por vez, en los huecos de un Maple (cartón donde se colocan 30 huevos) vacío. Me llamó la atención su habilidad motriz para la corta edad. No tanto como que estuviera ahí, en un lugar “para mi entender” peligroso. Justamente por eso, evité siempre que mis hijos estuvieran en esa situación.
No creo que la niña se haya caído, ni tampoco otras tantas que son criadas dentro de una cultura similar. ¿Qué será? Que las madres no son tan movedizas como otras y los chicos incorporan/maman esa tranquilidad?
(Me voy a buscar a mi hija, casi tan movediza como yo, y vuelvo para seguir formulando preguntas que invito a que alguien las responda).
No sé si tranquilidad es la palabra, pues el movimiento no significa nervios, sería el opuesto de quietud…, movimiento justamente. Se podría analizar qué trae aparejado uno y otro, calma o hiper actividad. Considero que la cultura actual está inserta en los segundo, son tantas las cosas por hacer, y tantas que quedan afuera de una ambición desmedida por “hacer”. Ahora sí opongo a esto el “saber”. La mujer de la verdulería no se inmutaba de la chiquita en alturas ¿Porque no sabe el peligro que corre? ¿El alcance que puede tener una caída desde ahí? ¿Se caerán? No sé si mi apreciación inicial es acertada o no, quizá se produzcan muchos accidentes por esto. Sinceramente lo dudo, me quedo más con que los chiquitos tienden a perpetuar conductas, a imitar lo que ven.

Noches mágicas

Salir de noche tiene un encanto especial, quedarse en casa también. Quizá sea la edad, pero disfruto tanto de estar en mi cuchita…, con mis cosas y queridos. Sin embargo, cuando “tengo” que salir (buscar a alguien, hacer alguna cuestión impostergable, etc.) siento un encanto particular al transitar las mismas calles con luz artificial, hasta la gente me parece distinta. Un colectivero que trabaja de noche lo hace mucho más relajado que el del día. La gran mayoría terminó con los horarios locos de la jornada y tienen un andar diferente, más cansino.
Cuesta arrancar, pero una vez circulando, todo se ve distinto. Y mejor aún si la salida es a pie, caminar de noche es maravilloso. Mirar el cielo y sentirse protegido por esa estela infinita de pequeños resplandores…. Cambian más aún los sonidos: ranitas, grillos y algún que otro murciélago. Pero lo más de lo más de noche, es andar en bicicleta. Nunca voy a olvidar cuando me regalaron una y la recibí de noche. No podía aguantar al otro día, quería probarla ahí mismo.
Entonces quien me hizo el regalo, calculo que emocionado por mi enorme alegría, me acompañó. El me seguía, iluminando el camino con las luces del auto. Hoy lo sigue haciendo con una luz que viene de más lejos, pero ofrece más claridad.
Gracias Papá.