martes, 13 de octubre de 2009

De ilusiones y deseos

Alguna vez escuché que los orientales anhelan la ausencia de deseo, y que algunos lo toman como gran inspiración humana: creo que lo que más nos acerca a nuestra esencia es el deseo. Anhelar es parte constitutiva de nuestra especie, es el enorme motor que mueve lo que pareciera imposible. Llevada hasta la pasión, hace que nos olvidemos hasta de nuestras necesidades fisiológicas. Elevamos nuestro cuerpo a satisfacer pasiones supra terrenales y... adiós, después de un gran rato de profunda concentración, notamos que teníamos hambre, sed ganas de ir al baño.
Cuento estos episodios con conocimiento de causa. Aquí en el anonimato de la pantalla, confieso que en más de una oprotunidad, hasta se me cayó la baba (mejor no aclaro que hasta en un colectivo me pasó). La profunda concentración que deviene de la abstracción, a mi personalmente, me desonecta de lo mundano para sumirme en "algo" que por ese momento me apasiona, obsesiona, atrapa.
Me dijo Carola una vez, "qué bueno eso, es estar apasionada". Son duda que la descripición trasciende la pasión amorosa, la incluye como "la" gran pasión, pero el arte en sí es otro disparador de fibra humana profunda. Cuando un pintor descubre por dónde expresar su sentir/pesar, nada podrá detenerlo hasta concluir su empresa. Lo mismo con otras disciplinas que superan lo meramente artístico. Una Raquel remarcó hoy la importancia de perseverar en lo deseado. Si aparece un obstáculo, sortearlo y seguir, insistir hasta lograr el cometido.
Aparentemente esta teoría, desarrollada en pijama y con un intenso día en mi haber, se concrete en una cercana mudanza. Los habitués de este espacio, se enterarán a lo largo de los escritos.
ATENTOS/AS que se vienen recetas del arcón. En cuanto pueda, intentaré mejorar el diseño de este blog y agregaré secciones. Una de las que sólo falta volcar data, pues está elaborada en mi mente, es la culinaria: recetas de la abuela.

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