domingo, 18 de octubre de 2009

Generaciones en el tiempo

¿Qué son los hijos?
En otra época los pensé como una prolongación, hoy ya no. Existen no sólo para perpetuar la especie, sino para mejorarla. Los padres tienen mucho que ver en esta superación, cuanto mejor y más hagan por formarlos bien, mayor será la evolución. Qué dificil definir este "mejor y más", tienen que ver con tantas y diversas cosas. Pienso que cada integrante del matrimonio ha de ser la mejor persona que pueda, pues más alla de su voluntad serán los primeros modelos humanos que tendrán como referente.
Apuntar a no equivocarse, es fracasar de ante mano. Como humanos, el error es parte constitutiva de nuestro ser, pretender obviarlo es de una omnipotencia cuasi tonta. Insisto, aspirar a lo mejor que cada uno pueda dar, a sabiendas de las metidas de pata. Intentar que el error no sea de incoherencia, y si lo es, analizar y trabajar esa dictomía para resolverla de raíz. Jamás "buscarla" premeditadamente, porque ese estaría atrás de una fachada, que "parezca" que hay coherencia cuando en realidad no la hay.
Entonces, qué mejor incentivo para elevarnos como seres humanos que tener hijos. Ya no es una cuestión de mejorar porque sí (que bien valedero es el motivo) se intenta lo más para que los seres que más amamos reciban la mejor versión. Y a partir de ella, elaboren sus propios modelos y modos de vivir y construir.
Nunca pensé en que un hijo complete o concluya la obra de sus antecesores, todo lo contrario. Las conductas, actitudes y obras de los padres, han de ser incentivo para que ellos elijan, que les abran el panorama para encontrar el camino propio. La vida de los padres serían la apertura del recorrido de los hijos, que es único y personal. La independencia permitirá elevar el vuelo propio. Este gran valor se trabaja y desarrolla desde siempre. Colaborar para que desarrollen habilidades y busquen las herramientas necesarias para salir adelante.
Dentro de estos elementos aparece uno fundamental: la capacidad de brindar ayuda cuando otro la necesita (y estar con los ojos bien abiertos para ver estas falencias del mundo) y la humildad de pedirla cuando se la necesita. Nada hay de malo en solicitar cuando falta y en brindar cuando es otro quien necesita. Es de lo más noble que tenemos como humanos, a veces nos toca estar de uno lado y otras del otro.
La vida es un regalo maravilloso, saber aprovecharla es un don. Si nuestros hijos aprecian que así la valoramos, que agradecemos cada día y vemos el futuro como una posibilidad para el cambio, les daremos un modelo digno. Cuán noble, exigente y gratificante la tarea de ser padres.
Pensar que arranqué analizando a los hijos, terminé en quienes engendran nuevos seres. La próxima hago al revés, espero que salga.



Son seres distintos, que combinan aspectos de los más diversos de sus progenitores para construir algo totalmente nuevo. Incluso los hermanos, criados bajo un mismo techo, puedenj

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