miércoles, 13 de enero de 2010

Equilibrio

Hoy cuando caminaba intentaba hacer equilibrio por el cordón de la vereda. Quizá un poco grandulona para ese juego, era un placer imaginarme equilibrista usando los brazos como contrapeso del cuerpo que tiende a irse a un lado y al otro. Y no pude dejar de extrapolar el concepto de equilibrio en la vida, así como se me hacía difícil lograrlo hoy, reparé en que es una dificultad que se presenta en diversos ámbitos.
El gran tema que atravieso hoy se relaciona con la educación de mis hijos, a la edad que tienen han comenzado a hacer muchas cosas solos. Apunto a formar seres independientes, pero ¿hasta qué punto no soltarlos antes de tiempo? Me siento rodeada de padres sin la más mínima intención de soltarlos. Muy por el contario, escucho demasiado "pobrecito el nene", como si los chicos fueran vaya uno a saber qué. Unos seres indefensos, vulnerables y absolutamente dependientes. Es probable que haya una cuestión narcisista, de sentirse uno "imprescindible" y que ellos nada son o hacen sin nosotros.
Si de algo va la educaciónn es de humildad, asumir que uno es un simple guía circunstancial. Siendo padres, somos los primeros, los que sin duda alguna, dejaremos huellas. Trabajemos para que sea la mejor posible, que responda a convicciones, a puntos de vista formados frente a las cosas de este mundo (y del otro también, por qué no). Pero si la medida es "pobrecito el nene", los embates, planteos y desacuerdos que natural y sanamente nos harán, mepa que estamos fritos.
Armar un camino pensando solamente en el acuerdo, me parece que no lleva a un rumbo cierto, y menos aún si queremos establecer acuerdos con la infancia. Bueno, a mí se me empiezan a presentar incipientes ex infantes, niños formados en una actitud crítica y cuestionadora que comienzan a ejercer esa práctica en casa, con sus padres (mi marido y yo).
Me enorgullece que sean así, pero también asumo lo difícil que es, diálogos que ponen todo en jaque, básicamente la autoridad pater/materna. Es sano cuestionar, sino imprescindible. Pero nos hacemos absolutamente responsables de nuestras decisiones y elecciones a la hora de formarlos, los conducimos por donde creemos que es mejor. El acuerdo o no de ellos, aparecerá en el futuro, por ahora es casi todo desacuerdo, pues la norma es lo primero a combatir. En eso estamos.
Volviendo al título, si no me equivoco fue Juan Domingo quien dijo, "todo en su justa medida, armoniosamente y a su debido tiempo". Hoy pienso en esta bitácora, hasta dónde dejar andar a nuestros niños sin dejarlos demasiado sueltos, ni ajustados. Pero es aplicable a tantos aspectos...

2 comentarios:

  1. buff... qué complicada debe ser esa etapa para una madre. Yo los veo en las entrevistas que sostenemos los profesores con los padres y ves de todo: gente desbordada, autoritaria, exigente... y en muchas ocasiones, cediendo su papel de padre en el profesor y echandote en cara su propio fracaso como educadores. Algo siempre temible.
    En fin, suerte en el camino!

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  2. ¡Gracias Angelín! Cómo ayuda a conocer a los alumnos esas entrevistas con los padres...

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